sábado, 25 de junio de 2022

Una victoria.

En el día de la Solemnidad del Inmaculado Corazón de María

Conocíamos ayer, día de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que la Corte Suprema de Estados Unidos de América ha anulado la sentencia Roe vs Wade. Es un hecho histórico de un calado similar al fin del esclavismo, y lo es porque el Fallo del alto Tribunal norteamericano niega de facto que el aborto sea un derecho constitucional. Ahora serán los Estados quienes decidan, y al menos un 50% de ellos van a restringir de forma drástica el libre acceso al asesinato de niños en el vientre de sus madres.

La sentencia del Supremo estadounidense supone un punto de inflexión en el programa eugenésico mundial; supone un antes y un después. Implica que los secuaces de Satanás van a tener que poner toda la carne en el asador para avanzar, más si cabe, en su agenda criminal y, por eso mismo, sus maniobras van a quedar más al descubierto, sin disfraces ni subterfugios. Como las ratas de un sótano al que de pronto le entra luz, van a chillar más. Van a ser más y mejor identificados. 

Bien sabemos los católicos que la batalla sólo acaba de empezar y que terminará con el triunfo definitivo del Rey de reyes, nuestro Señor Jesucristo, y con la victoria sin paliativos del Inmaculado Corazón de María. Pero de momento, alegrémonos; alegrémonos porque Satanás recibió ayer, Sagrado Corazón de Jesús, una patada en todos los morros. Laus Deo.

7 comentarios:

  1. Desconocía este hecho y me alegra enormemente.Saludos

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    1. Es esperanzador, sin duda. Aunque sigue preocupándome algo que muchos han pasado por alto: no se ha prohibido el aborto, más bien se deja que cada Estado legisle sobre el infanticidio. Eso implica que la protección de la vida humana en el seno materno va a depender de lo que decidan las mayorías, que siempre son coyunturales, es decir, cambiantes. Que la vida y el derecho elemental a la misma esté en función de qué deciden los votantes y/o sus representantes políticos es una jugada maestra de Satanás, no me cabe ninguna duda. Pero bueno, la noticia es un rejón a los abortistas, mejor eso que nada, desde luego. Saludos cordiales.

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    1. Que son para todas las personas de bien. Saludos cordiales.

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  3. Sí, ha sido verdaderamente inesperado y gozoso. Pero mira como se retuercen aquellos que habitualmente desprecian la vida de los más inocentes... Esto es demoníaco. A lo largo de la historia de los pueblos, se puede comprobar que con frecuencia el demonio suscita tales pecados nefastos, abyectos y merecedores del castigo más duro.
    Los pecados de la carne, hasta las perversiones más espantosas tienen un grado menos de gravedad que el matar, descuartizando a un bebé en el seno de su madre. Es un pecado, en realidad, que va directamente contra la Santísima Trinidad, ya que es imagen preciosa de la vida divina de nuestro amado Dios.
    Si no supiéramos leer los signos de los tiempos, este es signo suficiente del declive más total que nos espera como sociedades del siglo XX y XI.
    Agarrémonos fuerte de la manto de la Inmaculada, nuestra querida Madre, y procuremos obedecerla en todo, para que, siendo dóciles, puedan conducirnos por Sus caminos, lo que han trazado para cada uno de nosotros.
    Jesús en Ti confío
    Santa María, sé la salvación nuestra, amén.

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  4. no sé porqué ha salido mi comentario como anónimo. Estoy logueada. Bueno, tonterías de la informática. Un abrazo fraterno

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    1. Tranquila, esto de internet hace lo que quiere y cuando quiere :)
      Estoy muy de acuerdo contigo en todo lo que has escrito, y sí, los signos, más que abundar, gritan por lo evidentes que son. Además son signos globales, no circunscritos a una pequeña zona geográfica del orbe, lo cual los dimensiona más si cabe.
      De todos modos, y felicitándonos todos por lo sucedido en Estados Unidos de América, no dejo de darle vueltas a lo que le he comentado a Charo anteriormente. Es, quizá, una vuelta de tuerca del cornudo bajo la apariencia de una batalla ganada por los hijos de la Luz, de Dios. Que todo dependa de qué deciden las mayorías en un plebiscito es acentuar más, si cabe, la emancipación radical del hombre con respecto a su creador, con respecto a Dios.
      Abrazos fraternos.

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