miércoles, 27 de mayo de 2020

No se puede servir a dos señores a la vez.

 Juan, 17
1. Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. 2. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. 3. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. 4. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. 5. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. 6. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. 7. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; 8. porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. 9. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; 10. y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. 11. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. 12. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 13. Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. 14. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. 15. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. 16. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. 17. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. 18. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad. 20. No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, 21. para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: 23. yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. 24. Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. 25. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. 26. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»

4 comentarios:

  1. Me imagino esa escena de Jesús hablando con su Padre y pidiéndole que ese Amor que le ha dado nos lo de también a todos nosotros....y sus discípulos fueron testigos y le oyeron rezar y dirigirse cómo Hijo a su Padre ¿ Que pensarían en ese momento los que le escuchaban?
    Saludos

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    1. Gran pregunta, Charo. La carne, la naturaleza física, está ligada poderosísimamente a la evidencia de lo que ofrecen los sentidos corporales, es como la fuerza de la gravedad, que atrae inexorablemente a los cuerpos dotados de masa. De esa forma, Jesucristo necesitó de obrar milagros para que los demás creyesen; para que si no creían en Su palabra al menos creyesen en lo que veían sus ojos. Tan miserables y poca cosa somos. ¿Qué pensarían quienes le escuchaban? Supongo que muchos de ellos, una gran mayoría, se centrarían en el hombre que tenían delante de sus ojos y no darían crédito a Sus palabras, salvo cuando vieron al Resucitado en varios lugares y con muchas personas diferentes y, por supuesto, cuando lo vieron ascender al Padre en Cuerpo Glorioso. Pasa algo parecido hoy día porque, ¿cuántos de los llamados católicos cree firmemente en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía?
      Saludos cordiales.

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  2. Así es Peregrino,no somos del mundo. Somos Peregrinos. Así que no se empeñen los jerarcas masones y marxistas y apóstatas en hacer, trocar, manipular, falsear la Palabra para que le guste al Mundo. Sino auténticos para ser enviados al mundo y conseguir que los que son de Cristo crean en Él y se salven y los que no crean se condenen, Por cierto que el puntico 12 deja claro el destino de Iscariote, lo siento por los modernillos de Disney. "Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad", y esa Palabra es Jesús escondido en la Eucaristía. Nuestro Salvador y Redentor en el Sacrificio de la Cruz que en Su memoria de forma incruenta se efectúa en la Santa Misa. Un sólo Señor y una sola Fe, evangelicemos con esa fuerza que es el espíritu Santo recibido por ser Enviado a la Santa Madre Iglesia. En el comentario de arriba haces la pregunta clave en este arco sólido, la Eucaristía. Van a por Ella. Abrazos fraternos.

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    1. De acuerdo contigo, Kim. Y en la medida en que más intentemos ser del mundo, menos somos de Cristo. Si compartimentamos nuestra vida de tal modo que nos damos muchos golpes en el pecho mientras oramos pero en lo cotidiano seguimos las obras y costumbres del mundo (es decir, las de su príncipe), somos peores que sepulcros blanqueados y por ahí irá nuestra paga al final de la jornada. Item más, por eso mismo veo una absurdez radical la postura que intenta no mezclar el mensaje de Cristo con la acción política: además de absurdo no es cristiano. Sobre lo de la pregunta, y es sólo un suponer mío que puede estar equivocado, si mañana un sacerdote dice en su parroquia: "quien no crea de verdad que en la Hostia consagrada está Cristo, no figuradamente sino de forma real y tangible, que no comulgue pues comete sacrilegio"... ya te digo yo que comulgan 5 y el gato, y quizá me exceda en número. Abrazos fraternos.

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