sábado, 6 de junio de 2020

Naturaleza.

Algunas precisiones sobre mi relación con la naturaleza:
  • Disfruto dando paseos por la montaña y por los bosques, por las playas (cuando apenas hay gente y el sol está bajo) y con las vistas que ofrece la inmensidad del mar. Siempre es un placer el contacto con el entorno natural.
  • Como consecuencia, lo quiero limpio. Detesto su contaminación; el maltrato y la vejación a la Obra de las manos de Dios, de la Obra dinámica del Espíritu Santo en la Voluntad Creadora del Padre.
  • En relación al punto anterior, sólo puedo entender como obra de satanás la contradicción de muchos cuando defienden la naturaleza y defienden, a la vez, el asesinato de seres humanos en el claustro materno. Obra demoníaca es llorar por la suerte de cualquier animal y manifestarse a favor del homicidio que supone el aborto.
  • Disfruto y respeto a la naturaleza, sí, pero no la adoro. La naturaleza es creatura de Dios y sólo a Dios hay que adorar. Adorar a la naturaleza es idolatría.
  • La naturaleza no es mi madre. Mucho menos mi Madre. Mi madre es una, y pido a Dios que la guarde entre nosotros muchos años todavía. Y mi Madre es la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía.
  • Entiendo, pues, que no puede existir, porque es metafísicamente imposible, un sucesor de Pedro y por lo tanto Vicario de Cristo en la Tierra que adore a la naturaleza, o que la llame o llamara Madre mientras sistemáticamente olvida u olvidara (o no, pero lo hiciera como obligado, con cierto desdén, como con cansancio) referirse a María Santísima como Madre de Dios y Madre de la Iglesia, es decir, de todos los católicos. Digo que tal cosa no puede existir, no podría, añado ahora que, si algo parecido sucede o sucediera, estamos o estaríamos ante un impostor y no ante el Vicario de Cristo en la Tierra.

10 comentarios:

  1. Yo también disfruto mucho en la naturaleza y me encantan las caminatas que doy todos los días por vias verdes de mi pueblo, también me gusta caminar por la playa , y nadar, cuando el sol no calienta mucho ya que este al ser pelirroja me afecta mucho aunque ahora hace ya dos años que no puedo ir y este verano se me presenta igual.Yo tampoco entiendo ni entenderé jamás los que se manifiestan en favor de los animale ( que eso está bien y yo sería incapaz de maltratar a ninguno) pero a la vez piden el aborto que es para mí uno de los peores crímenes, tampoco entiendo a eas parejas que no quieren tener hijos pero tienen perros que los tratan cómo si fueran sus propios hijos. Me gustan mucho los animales pero las personas son primero.Saludos

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    1. También somos forofos de las escapaditas al monte y los paseos por los hermosos parajes que nos ofrece la naturaleza :)
      El asunto del aborto es demoniáco, es evidente, y no quisiera estar en la piel de quienes apoyan ese crímen: el juicio particular es universal, es para todos. Saludos cordiales.

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  2. Estoy contigo, querido hermano, ya lo sabes. Son tiempos tan tempestuosos, que con frecuencia no sabemos de dónde nos viene el golpe.
    O quizás sí que lo sabemos, lo vemos claro y resulta tan doloroso que callamos, no para otorgar, sino para pedir Luz y misión. La que Ella quiera.
    Semper altius cum Mariam.

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    1. Ahí le has dado, hermana, ahí le has dado. Llevo unas cuantas entraditas breves metidas en borrador y luego eliminadas; unas cuantas entradas que son desahogos ante la negrura que se cierne sobre estos tiempos. Son tiempos muy recios y, como dices, llueven palos por todas partes; llueven de donde te lo esperas y también de donde deberías hallar un refugio seguro como católico. La situación de la Silla de Pedro es dantesca, parece puesta sobre un suelo de serpientes. Y sí, callar no es otorgar en estos casos. Más bien es no permitir que la luz que a duras penas conseguimos retener con nuestras plegarias se esfume en arranques de ira, que aunque la haya santa demasiadas veces implica al juicio temerario, el orgullo y la soberbia. Estoy muy de acuerdo con tu planteamiento.
      ¡Semper altius cum Mariam, hermana!
      Abrazos fraternos.

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    2. Bien pudiera ser la introducción de una encíclica ecologista. Lo más importante que leo es que tú al pasear por la playa no te consideras un contaminante ni una contaminación andante. Que puedes y debes tomar la playa y disfrutar los dones que tu Papá te ha dado para que los gobiernes y administres. Dejas muy claro algo que comparto, Mamá está viva y la tierra nunca ha tenido vida sin el soplo de Dios. El soplo de Dios es lo que nadie quiere ver como necesario para la vida. Sólo amando puedes amar el bien que ves y detestar lo que no es. Abrazos fraternos.Kim.

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    3. Eso he querido decir, hermano. No somos bichos advenedizos a los que "Gaya" debe eliminar como una infección sobre su piel. Esto es lo que piensan toda la horda de bárbaros ecologistas de nuevo cuño setentero. Somos la cúspide de la Creación del Padre, somos a Su imagen y semejanza aunque caídos por la soberbia y el orgullo inoculado por satanás. Somos los administradores de la creación material, la cual fue puesta a nuestro servicio y por eso mismo debemos cuidarla como obra cedida por el Padre. Pero nada de subordinarnos a la naturaleza y tomarla como diosa-madre: la naturaleza no es nada sin el soplo de Dios.
      Abrazos fraternos.

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  3. Gracias Peregrino por enlazar tu entrada anyerior con el blog. Abrazos agradecidos

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  4. No se puede decir más claro. Un beso

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