Hace 2000 años el rey Herodes el Grande ordenó la matanza de multitud de inocentes, niños, con el fin de asesinar, entre ellos, al Niño Dios, a Nuestro Señor Jesucristo.
Hoy, millones de niños son víctimas del hambre y de enfermedades perfectamente curables; millones de criaturas son víctimas de guerras cuyas causas últimas son la conquista del Poder y dominio por parte de unas minorías demoníacas que observan al mundo de forma parecida a como se observa una granja. Y hoy, leyes inicuas, satánicas, bestializan y pervierten la inocencia de los niños desde el mismo jardín de infancia y a lo largo de toda su etapa escolar, inculcándoles una antropología radicalmente antinatura.
Y también hoy, gran parte de nuestras sociedades presuntamente civilizadas calla y entiende que millones de niños sean descuartizados en las entrañas de sus madres. Defienden el presunto derecho que asiste a una madre para asesinar al niño, al hijo, que crece en su vientre. Hoy, el campo de exterminio civilizado se ubica en el vientre de las mujeres. Hoy, es perfectamente posible observar la indignación popular por la muerte del huevo de un estornino en las ramas del quinto pino y, a la vez, participar en manifas a favor del aborto. Hoy, claman con llanto ensordecedor millones de inocentes a los que se les niega la posibilidad de vivir.
¡Ten misericordia de nosotros, Señor!
¡Santa María, ruega por nosotros, pecadores!
Que triste resulta ver cómo es más importante un huevo de un ave que un niño que está formándose en el vientre de su propia madre, el mundo cada vez está más loco y es terrible que vaya contra su propia especie exterminando a los más débiles sin darles la oportunidad de nacer. Que Dios nos perdone y nos ayude a entrar en razón.Saludos
ResponderEliminarHemos entrado en un abismo que parece no tener fondo, así es. Es verdad que en todas las épocas de la historia se ha practicado el aborto, pero se escondía. Existía una repulsa social ante esa practica atroz y el Poder gobernante no lo contemplaba en las leyes. Las mujeres que querían abortar lo hacían a escondidas o se marchaban a otros lugares más permisivos. Pero hoy no, hoy se recoge en la ley y hasta se elaboran listas negras con aquellos médicos que se niegan a matar a niños en el claustro materno. Digamos que hoy la barbarie es legal, es decir, la barbarie está garantizada, apoyada y alentada desde el Poder. Y las masas, abducidas, lo ven bien.
EliminarHumanamente hablando no le veo solución. Sólo el Altísimo, sólo nuestro Señor tiene la llave maestra para cambiar esto. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, no tardes en socorrernos!
Saludos cordiales.
Es absolutamente imperdonable. Un beso
ResponderEliminarDios perdona siempre...
Eliminar...siempre y cuando el pecador esté sinceramente arrepentido y tenga espíritu de enmienda. Lo triste es que esta sociedad de psicópatas silencia a las mujeres arrepentidas tras un aborto y, como sociedad, no sólo no se arrepiente sino que se felicita a sí misma por esta aberración.
Saludos cordiales.