Satanás anda suelto como león rugiente, ¿alguien lo dudaba?

Que nadie me hable de la protección del ecosistema en el que se mueve el oso panda o los pajaritos del parque del Retiro, pongo por caso. Por favor, cállense y no degraden más la ya maltrecha y arrastrada dignidad humana, y no lo digo por la defensa del panda, los árboles o los pajarillos, ¡ojo!, ojo porque soy conservacionista hasta la médula: disfruto paseando por la Creación natural de Dios y he defendido y defenderé siempre su cuidado y el respeto que debemos hacia la Obra de Sus Manos. Pero que nadie se atreva a mentar el cuidado de la naturaleza mientras, a la vez, silba, ningunea o se desentiende del genocidio callado de cientos de miles de seres humanos que se están formando en el vientre se sus madres; mientras mira hacia otro lado y habla de los "derechos reproductivos" de las mujeres cuando se refiere al hecho de poder matar al hijo que se forma en sus vientres. Y por añadidura, todo ello mientras los hijos e hijas de satanás acusan a quienes denunciamos esta salvajada de mirar por los humanos no nacidos y no por los que ya han nacido y viven en condiciones miserables. Nos dicen que no sentimos compasión por los segundos pero sí por los primeros. A esos canallas yo les digo que tienen buen maestro a la hora de ennegrecer sus mentes y adiestrar sus lenguas: el mismísimo satanás.

Por cierto, dicen los ecolojetas -espécimen de sillón que se sirve, sin pudor, de cuantos inventos contaminantes caigan en sus manos- que la mejor manera de cuidar el medio ambiente es no tener hijos, para ello los poderes de este mundo hace décadas que se han puesto manos a la obra, negando cualquier ayuda a las mujeres embarazadas que tienen problemas a la hora de llevar a buen término su embarazo e incentivando el asesinato de los hijos que crecen en sus entrañas en forma de cuantiosas ayudas a esos mataderos de seres humanos a los que eufemísticamente llamamos "clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo". De este modo, al satánico negocio de la muerte se le suma la infinita tristeza y podredumbre de una sociedad anestesiada que ya ve todo este horror como algo normal; como algo de lo que es mejor no hablar para no incomodar y, en cualquier caso, como un avance y una conquista en el campo de los "derechos humanos". Semejante cinismo clama al cielo. Les dejo las cifras del horror, ustedes disculpen.

2010: 113031  niños abortados
2011: 118359​  niños abortados
2012: 112390  niños abortados
2013: 108690​  niños abortados
2014: 94796   niños abortados
2015: 94188   niños abortados
2016: 93131   niños abortados
2017: 94 123  niños abortados
2018: 95.917  niños abortados

De los cuales:

-A petición de la mujer: 90,44%
-Grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada: 5,95%
-Riesgo de graves anomalías en el feto: 3,32%
-Anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable: 0,28%

¡Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros!

y tú, San Miguel arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.