martes, 21 de abril de 2020

Algunos hombres de Dios.

Es un artículo del Padre Jorge González Guadalix (original, pulsar aquí), Sacerdote diocesano de Madrid.

"La respuesta de la Iglesia española a la pandemia del coronavirus es de traca. Hay diócesis en las que se mantiene el culto, aunque con las evidentes medidas de seguridad, otras, Madrid por ejemplo, con templos abiertos y misas sin pueblo, y otras con templos cerrados a cal y canto. Yo creo que no hubiera estado mal una decisión unánime de la conferencia episcopal al respecto, pero doctores, obispos, arzobispos y cardenales tenemos. Mi opinión, muy personal, es que con las debidas medidas de seguridad no deberíamos haber tenido problema en celebrar con bastante normalidad. Por ejemplo, en el medio rural, donde, en nuestros enormes templos los fieles pueden sentirse mucho más que holgados. Pero bueno, nosotros, los curas, somos unos “mandaos”.

Seis semanas de confinamiento y seis semanas sin que los fieles puedan acudir a los templos. Pueden salir a por el pan, a la carnicería, al banco, comprar tabaco, pasear al perro, ir a la farmacia o reunirse para una tertulia en cualquier bazofia televisión, trabajar en algunos casos, llevar la compra a la abuelita, repartir alimentos en Cáritas, pero no acudir a misa. Incluso podrían acudir al rezo musulmán, que de hecho han acudido. A misa no.

El obispo secretario de la conferencia episcopal ayer mismo decía que “siguiendo todas las recomendaciones de distancia física, querríamos que el culto progresivamente volviera a los templos, poder conversar con el Gobierno central y las delegaciones y CCAA, para poder dar eso sin dar pie a situaciones problemáticas”. Que el culto pueda celebrarse lo quiere el secretario de la conferencia episcopal, lo quieren los obispos, lo queremos los sacerdotes y lo desean los fieles. Que sí, que con todas las medidas de precaución, pero lo deseamos todos. Ahora bien, lo de dialogar con el gobierno central, las delegaciones y las comunidades autónomas para que no se den “situaciones problemáticas” es simplemente risible.

Supongo que hay que decirlo, pero ya me dirán de qué sirve dialogar con un gobierno central que cada día improvisa en una nueva dirección. A estas alturas no sabemos ni hasta cuándo, ni cómo, ni si lo niños van a salir y en qué condiciones, o los mayores. Somos el país del mundo con más muertes por cien mil habitantes, tenemos más sanitarios contagiados que nadie, nos traen mascarillas que no sirven, test de detección inservibles, limitan la libertad de expresión, el Parlamento semi cerrado, económicamente nos vamos a la ruina más que cualquier otro país de Europa y ya, para más INRI, que para eso hablamos de cosas piadosas, aunque en el decreto que establece el estado de alarma se reconoce la posibilidad de acudir a ceremonias religiosas, luego en la practica si hay un acto litúrgico, sea como sea, va la policía y desaloja.

¿Hablar? ¿De qué? ¿Qué vamos a hablar con un gobierno que hoy dice blanco, mañana gris, pasado verde y al otro amarillo chillón? ¿Qué se puede dialogar con un gobierno que a la vez que reconoce en un decreto hecho y firmado por ellos mismos, la posibilidad de acudir a ceremonias religiosas, luego desaloja los templos donde se desarrollan? ¿Hablar con las comunidades autónomas? ¿Para qué? Cuando hay un estado de alarma el gobierno central asume todas las competencias. Entiendo que los obispos tienen que decir eso, hacen bien. Pero yo, como soy cura de pueblo y además población de riesgo, y deslenguado ya lo saben, puedo decir otras cosas que no son más que exageraciones del cura ese de Braojos, Gascones y La Serna que estará aburrido.

Mi parecer es que no es hora de dialogar con el gobierno sobre los actos de culto, sino de informar. Tan simple como decir: “Miren ustedes, señores del gobierno, para mucha gente ir a misa y a los actos de culto es fundamental y un derecho que tienen, aunque algunos de ustedes no se lo crean. Entendemos que guardando todas las precauciones necesarias, por ejemplo distancia mínima entre personas, y extremando las medidas higiénicas como se hace en supermercados, estancos, farmacias, consultas médicas, clínicas veterinarias o platós televisivos no hay problema ninguno en volver a abrir los templos y admitir fieles en los actos litúrgicos. Por tanto, y a partir de tal día, abrimos de nuevo los templos al culto”.
Y lo hacemos, En toda España. Y que empiecen a mandar a la policía a todos los templos de país, que seguro que si lo pedimos y animamos, no nos van a faltar abogados para ir interponiendo querellas.

Jorge… eso sería una barbaridad. O no".
 

5 comentarios:

  1. A Jorge ni le preguntemos nada, que gusta mucho de la independencia conferencial. En la parroquia nos da para dejar 5m entre nosotros y sobra medio templo. Ha fallado la Fe,veníamos del fallo en la base, el pueblo espantado y ahora vemos el acobardado en la cumbre. En Vallecas, corazón del Covid madrileño, la parroquia de san Ramón Nonato abre de 10 a 14h y de 16 a 18h y hay un sacerdote para Confesar y dar la Comunión. ¿Qué miedo tienen? ¿prudencia?...vamos, vamos, magnífica entrada, Peregrino. Abrazos fraternos.

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  2. Qué razón tiene este sacerdote. No se puede porque no se quiere. Un beso

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  3. Si he de ser sincera, lo que veo complicado es el dar la santa comunión, porque si una persona infectada, sin síntomas, comulga y, sin querer, toca con sus labios los dedos del cura, cuando este administre la siguiente comunión, puede contagiar a esa segunda persona.
    No le veo fácil solución al tema, hasta que haya una vacuna eficaz contra el virus.
    Además, tanto este confinamiento como el ayuno de comulgar puede ser una estupenda ocasión para que crezca nuestra hambre de Dios.
    Los humanos solo apreciamos aquello que no tenemos.
    Somos así.
    Podemos encajar esto bien, como una prueba, como una ocasión de una búsqueda más intensa de Aquel que amamos y seguimos.
    Es hora de obedecer a Cristo y desapegarse de una forma concreta de unión con Él, a través de la santa comunión.
    él nos dijo que el Padre busca adoradores en espíritu y verdad. Sabemos por la Sagrada Escritura que los divinos 3 nos habitan. ¿Porqué no aprovechamos este tiempo para cultivar esa Presencia, ahondar en Ella, y aprender a adorar a Dios en espíritu y en verdad?

    Abrazos fraternos

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  4. Este virus es demasiado peligroso y siendo la primera que estoy deseando ir a la iglesia para participar en la Eucaristía reconozco que puede llegar a ser un peligro pues hay momentos en que no se iba a respetar las normas de higiene y cuidados sobre todo a la hora de comulgar que puede ser un gran peligro: si nos la dan en la boca puede tocar diferentes bocas, si nos dan en la mano toca diferentes manos y si cogemos cada uno la forma sin querer tocamos otras formas que las van a coger los siguientes de la fila...estos pequeños pero grandes detalles cuando nos referimos al virus pueden ser motivo de contagios, luego está el hecho de la mascarilla que siendo responsables hay que ponérsela algo que obstaculiza también la comunión y si nos la tocamos para quitarla ya se sabe que pueden contaminarse las manos y podría seguir ya que es toda una cadena de posible contaminación. El otro día viendo una misa del Papa en el Vaticano uno de los sacerdotes que estaban ante el altar ayudando tosió y se puso la mano en la boca en vez del codo, a la hora de comulgar me fijé y cogió la forma sin ninguna precaución y ahi podía haber un posible contagio.Vivimos momentos peligrosos donde todas las medidas para protegernos son pocas. Entiendo la postura del sacerdote que ha escrito esto pero ante la situación tan grave y con tantos muertos que estamos viviendo hay que ser muy precavidos.Confieso que tengo un vecino sacerdote que me da la comunión en el portal de casa pero si no lo tuviera se perfectamente que cada vez que veo y participo por TV en la Eucaristía comulgo espiritualmente. Saludos

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  5. La Paz con todos. Lo que yo pienso, y es sólo mi opinión, es que desde la muerte y Resurrección de Nuestro Señor hasta los tiempos de Constantino, unos 300 años después, los cristianos se jugaban, muy a menudo, literalmente la cabeza por reunirse en Nombre del Señor y tomar Su Santo Cuerpo en la Hostia Consagrada. Hoy hay mucho miedo y muchos argumentos para justificar nuestra aceptación mansa y asustada del cierre de los templos. Me hace pensar, aunque puedo estar errado, que si en lugar del virus fuera un edicto gubernamental el que prohibiese el culto público bajo sanciones en caso de incumplimiento, haríamos algo parecido.
    Abazo fraterno a los cuato.

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