sábado, 25 de abril de 2020

Tercer secreto de Fátima.

Es una entrevista realizada al arzobispo Carlo Maria Viganò concedida al medio portugués Dies Irae. Versa sobre el tercer secreto de Fátima (web de la entrevista en español, pulsar aquí)

 
ENTREVISTA CON EL ARZOBISPO CARLO MARIA VIGANÒ 

Excelencia, muchas gracias por concedernos esta entrevista. Estamos luchando con la epidemia de COVID-19 que, en los últimos meses, ha afectado la vida de millones de personas causando la muerte de muchas de ellas. A la luz de esta situación, la Iglesia, a través de las Conferencias Episcopales, ha decidido cerrar prácticamente todas las iglesias y privar a los fieles del acceso a los Sacramentos. El 27 de marzo, frente a una plaza de San Pedro vacía, el papa Francisco, actuando de manera manifiestamente mediática, presidió una hipotética oración por la humanidad. Hubo muchas reacciones ante la forma con la que el papa celebró ese momento, una de las cuales intentó relacionar la presencia solitaria de Francisco con el Mensaje de Fátima, es decir, el tercer secreto. ¿Está de acuerdo? 

Antes que nada, permítanme decirles que estoy feliz de conceder esta entrevista para los fieles de Portugal, que la Santísima Virgen ha prometido preservar en la fe incluso en estos tiempos de grandes pruebas. Ustedes son un pueblo con una gran responsabilidad, porque pronto podrían tener que enfrentarse a proteger el fuego sagrado de la religión, mientras que las demás naciones se niegan a reconocer a Cristo como su Rey y a María Santísima como su Reina.

La tercera parte del mensaje que Nuestra Señora confió a los pastores de Fátima para que lo entregasen al Santo Padre, permanece, a día de hoy, secreta. Nuestra Señora pidió que fuera revelado en 1960, pero Juan XXIII hizo publicar, el 8 de febrero de ese mismo año, un comunicado en el que afirmaba que la Iglesia “no desea asumir la responsabilidad de garantizar la veracidad de las palabras que los tres pastores dicen que la Virgen María les dirigió”. Con este distanciamiento del mensaje de la Reina del Cielo comenzó una operación de encubrimiento, evidentemente porque el contenido del mensaje habría revelado la terrible conspiración contra la Iglesia de Cristo por obra de sus enemigos. Hasta hace unas décadas habría parecido increíble que se pudiera llegar a amordazar a la Virgen, pero en estos últimos años hemos sido testigos incluso de intentos de censura al Evangelio mismo, que es la Palabra de su divino Hijo. En el año 2000, durante el pontificado de Juan Pablo II, el secretario de Estado cardenal Sodano, presentó como tercer secreto una versión suya que, por diferentes elementos, pareció claramente incompleta. No es sorprendente que el siguiente secretario de Estado, el cardenal Bertone, intentara desviar la atención de un hecho del pasado, con tal de dejar que el pueblo de Dios crea que las palabras de la Virgen nada tienen que ver con la crisis de la Iglesia y con la alianza entre modernistas y masonería, pactada en la trastienda del Vaticano II. Antonio Socci, que ha investigado detalladamente el Tercer Secreto, desenmascaró este comportamiento malicioso del cardenal Bertone. Por otro lado, fue el propio Bertone quien desacreditó y censuró fuertemente a la Virgen de Civitavecchia, cuyo mensaje coincide perfectamente con lo que Ella dijo en Fátima. No olvidemos el llamamiento -desatendido- de Nuestra Señora para que el papa y todos los obispos consagraran Rusia a Su Inmaculado Corazón, como condición para derrotar el comunismo y el materialismo ateo: para consagrar no «el mundo», no «la nación que Tú quieres que Te consagremos», sino «Rusia». ¿Costaba tanto hacerlo? Evidentemente sí, para quien no mira con mirada sobrenatural. Se ha preferido recorrer el camino de la distensión con el régimen soviético, inaugurado precisamente por Roncalli, sin comprender que sin Dios ninguna paz es posible. Hoy, con un presidente de la Confederación Rusa que es ciertamente cristiano, esa petición de la Virgen podría ser concedida, evitando más catástrofes para la Iglesia y para el mundo.
                            
El propio Benedicto XVI confirmó la actualidad del mensaje de la Virgen, a pesar de que este -según la interpretación difundida por el Vaticano- debería ya considerarse cumplido. Quienes leyeron el tercer secreto dijeron claramente que su contenido se refiere a la apostasía de la Iglesia, que comenzó a principios de la década de 1960 y ha alcanzado ahora una fase tan evidente que incluso los observadores laicos la reconocen. Esta insistencia casi obsesiva en temas que la Iglesia siempre ha condenado, como el relativismo y el indiferentismo religioso, un falso ecumenismo, la ecología maltusiana, la homoherejía y el inmigracionismo, ha encontrado en la Declaración de Abu Dhabi el cumplimiento de un plan concebido por las sectas secretas hace ya más de dos siglos.

En plena Semana Santa y después del Sínodo para la Amazonia, el papa decidió establecer una comisión para discutir y estudiar el diaconado femenino en la Iglesia católica. ¿Cree usted que el propósito de todo esto sea allanar el camino hacia la ordenación de las mujeres o, dicho de otra forma, hacia el intento de sabotear el sacerdocio instituido por Nuestro Señor Jesucristo el Jueves Santo? 

El Orden Sagrado ni puede ni podrá ser modificado en su esencia. El ataque al sacerdocio siempre ha sido el centro de la acción de los heréticos y de su inspirador, y es comprensible que sea así: golpear el sacerdocio significa destruir la Santa Misa y la Sagrada Eucaristía y todo el edificio sacramental. Entre los enemigos jurados del orden sagrado, tampoco faltaron los modernistas, obviamente, que desde el siglo XIX teorizaron una iglesia sin sacerdotes, o con sacerdotes y sacerdotisas. Estos delirios, anticipados por algunos exponentes del modernismo en Francia, resurgieron sutilmente en el Concilio, con el intento de insinuar cierta equivalencia entre el sacerdocio ministerial derivado del Orden Sagrado y el sacerdocio común de los fieles derivado del Bautismo. Es significativo que, precisamente jugando con este deliberado malentendido, incluso la liturgia reformada se haya visto afectada por el error doctrinal de Lumen gentium, llegando a reducir al ministro ordenado a simple presidente de una asamblea de sacerdotes. En cambio, el sacerdote es alter Christus no por designación popular, sino por configuración ontológica al Sumo Sacerdote, Jesucristo, a quien debe imitar en la santidad de la vida y en la dedicación absoluta representada también por el celibato. Era necesario que se cumpliese el paso sucesivo, si no cancelando el sacerdocio en sí, al menos convirtiéndolo en ineficaz extendiéndolo a las mujeres, que no pueden ser ordenadas: exactamente lo que sucedió en las sectas protestantes y anglicanas, que hoy experimentan también la embarazosa situación de tener obispesas lesbianas en la llamada Iglesia de Inglaterra. Pero está claro que el “pretexto” ecuménico -es decir el acercamiento a las comunidades disidentes para adquirir incluso sus errores más recientes- tiene como base el odio de Satanás hacia el sacerdocio y llevaría inevitablemente a la ruina a la Iglesia de Cristo. De hecho, también el celibato eclesiástico es objeto del mismo ataque, porque es propio y distintivo de la Iglesia católica y constituye una preciada defensa del sacerdocio que la Tradición ha custodiado celosamente a lo largo de los siglos. El intento de introducir una forma de ministerio ordenado femenino dentro de la Iglesia no es reciente, a pesar de las repetidas declaraciones del Magisterio. Incluso Juan Pablo II definió de manera explícita, y con todos los requisitos canónicos de una declaración infalible ex Cathedra, que no es absolutamente posible cuestionar la doctrina sobre este argumento. Pero así como se ha podido manipular el Catecismo para declarar que la pena de muerte “no se ajusta al Evangelio” -algo inaudito y herético-, del mismo modo se intenta hoy crear ex novo alguna forma de diaconado femenino, evidentemente preparatoria para una futura introducción del sacerdocio femenino. La primera comisión creada por Bergoglio hace unos años dio una opinión negativa, confirmando lo que, además, ni siquiera tenía que haber sido objeto de discusión; pero si esa comisión no pudo obedecer a los deseos de Francisco, esto no significa que no pueda hacerlo otra comisión, cuyos miembros, elegidos por él, sean más “dóciles” y resueltos para demoler otro pilar de la fe católica. No dudo que Bergoglio disponga de métodos persuasivos y que pueda ejercer formas de presión sobre la comisión teológica; pero estoy igualmente seguro de que en el desafortunado caso de que este órgano consultivo diera una opinión favorable, no se debería llegar necesariamente a una declaración oficial del papa para ver multiplicadas a las diaconisas en las diócesis de Alemania u Holanda, ante el silencio de Roma. El método no es nuevo y permite, por un lado golpear al sacerdocio y, por otro, dar una coartada cómoda a quienes, dentro de la estructura eclesial, siempre podrán apelar al hecho de que “el papa no ha permitido nada nuevo”. Hicieron lo mismo al autorizar a las Conferencias Episcopales para que legislaran de manera autónoma respecto a la Comunión en la mano, que se impuso por un abuso y se ha convertido en una práctica universal.

Debería decirse que esta voluntad de promover a las mujeres en la jerarquía revela el afán de perseguir la mentalidad moderna, que ha arrancado el papel de madre y esposa a la mujer para derribar a la familia natural. Debemos tener en cuenta que este enfoque hacia los dogmas de la Iglesia confirma un hecho innegable: Bergoglio ha adoptado la llamada teología de la situación, cuyos lugares teológicos son hechos o sujetos accidentales como el mundo, la naturaleza, la figura femenina, los jóvenes… Una teología, esta, que no tiene como centro fundador la verdad inmutable y eterna de Dios, sino que, por el contrario, parte de la constatación de la urgencia imperativa de los fenómenos para dar unas respuestas coherentes con las expectativas del mundo contemporáneo.

Excelencia, según historiadores de reconocido mérito, el Concilio Vaticano II representó una ruptura entre la Iglesia y la Tradición, de ahí la aparición de corrientes de pensamiento que pretenden transformarla en una simple asociación humanitaria que abraza el mundo y su utopía globalista. ¿Cómo ve usted este grave problema? 

¡Una iglesia que se presenta como nueva respecto a la Iglesia de Cristo simplemente no es la Iglesia de Cristo! La religión mosaica, o la “iglesia de la ley antigua” que Dios quiso para guiar a su pueblo hasta la llegada del Mesías, se cumplió en la Nueva Alianza y fue definitivamente revocada en el Calvario por el Sacrificio de Cristo: de su costado nació la Iglesia de la Alianza Nueva y Eterna, que reemplaza a la Sinagoga. Parece que incluso la iglesia postconciliar, modernista y masónica tenga como objetivo el de transformar y superar a la Iglesia de Cristo, sustituyéndola por una “neoiglesia”, una criatura deforme y monstruosa que no viene de Dios. El propósito de esta neoiglesia no es el de llevar al pueblo elegido a reconocer al Mesías, como para la Sinagoga; no es el de convertir y salvar a todos los pueblos antes de la segunda venida de Cristo, como para la Iglesia Católica; es el de constituirse como brazo espiritual del Nuevo Orden Mundial y como fautora de la Religión Universal. En este sentido, la revolución conciliar tuvo que demoler primero el legado de la Iglesia, su Tradición milenaria, de donde extraía su vitalidad y autoridad como Cuerpo Místico de Cristo, tuvo que deshacerse después de los exponentes de la antigua jerarquía y sólo recientemente ha comenzado a proponerse sin ocultar lo que pretende ser. Lo que usted llama utopía en realidad es una distopía, porque representa la concreción del plan de la masonería y la preparación de la llegada del Anticristo. También estoy convencido de que la mayoría de mis hermanos en el episcopado, y más aún casi todos los sacerdotes y fieles, no son absolutamente conscientes de este plan infernal, y que los acontecimientos recientes han abierto los ojos de muchos. Su fe permitirá a Nuestro Señor reunir al pusillus grex alrededor del verdadero Pastor antes del juicio final.
Para restaurar el antiguo esplendor en la Iglesia, será necesario cuestionar muchos aspectos doctrinales del Concilio. ¿Qué puntos del Vaticano II cuestionaría usted?
Creo que no faltan personalidades eminentes que han expresado mejor que yo los puntos críticos del Concilio. Hay quien cree que sería menos complicado y seguramente más sabio seguir la praxis de la Iglesia y los papas tal como fue aplicada con el Sínodo de Pistoia en el que también había algo bueno, aunque los errores que afirmaba se consideraron suficientes para dejarlo caer en el olvido.

¿El actual pontificado representa la culminación de un proceso que se abre con el Concilio Vaticano II, deseado en el llamado “Pacto de las Catacumbas”, o continua en una fase intermedia? 

Como ocurre con cada revolución, los héroes de la primera hora a menudo terminan siendo víctimas de su propio sistema, como sucedió con Robespierre. Quien ayer fue considerado el abanderado del espíritu conciliar, hoy parece casi un conservador: los ejemplos están a la vista de todos. Y ya hay quien, en los círculos intelectuales del progresismo (como el frecuentado por un tal Massimo Faggioli [fagioli, con una sola ‘g’ significa judías en italiano, n.d.t.], altivo en el nombre y poco gramatical en el apellido), comienzan a sembrar aquí y allá algunas dudas acerca de la capacidad real de Bergoglio para tomar “decisiones valientes” -como,  por ejemplo, abolir el celibato, admitir a las mujeres al sacerdocio o legitimar la communicatio in sacris con los heréticos-, deseando casi que este se aparte para dejar elegir un papa aún más obediente a esas élites que tenían en el Pacto de las Catacumbas y en la mafia de San Galo sus adeptos más decididos y faltos de escrúpulos.

Excelencia, los católicos hoy nos sentimos a menudo aislados de la Iglesia y casi abandonados por nuestros pastores. ¿Qué puede decirles a los jerarcas y a los fieles que, a pesar de la confusión y el error que se están extendiendo en la Iglesia, tratan de perseverar en esta dura batalla para mantener la integridad de nuestra fe? 

Mis palabras ciertamente serían inadecuadas. Lo que me limito a hacer es repetir las palabras de Nuestro Señor, Verbo eterno del Padre: yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos. Nos sentimos aislados, cierto: ¿pero no se sintieron así también los Apóstoles y todos los cristianos? ¿No se sintió abandonado incluso Nuestro Señor en Getsemaní? Estos son los tiempos de la prueba, tal vez de la prueba final: debemos beber el cáliz amargo y, aunque es humano implorar al Señor que lo aleje de nosotros, debemos repetir con confianza: No se haga mi voluntad, sino la Tuya, recordando sus palabras de consuelo: En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: ¡yo he vencido al mundo! Después de la prueba, por dura y dolorosa que sea, el premio eterno que nadie nos puede quitar, está preparado para nosotros. La Iglesia volverá a brillar con la gloria de su Señor después de este terrible y prolongado Triduo Pascual. Pero si la oración es sin duda indispensable, no debemos eximirnos de combatir la buena batalla, siendo todos testigos de una valiente militancia bajo el estandarte de la Cruz de Cristo. No nos encontremos, como san Pedro en el patio del sumo sacerdote, señalados por la sierva: «También tú estabas con el Nazareno, con Jesús», para después negar a Cristo. ¡No nos dejemos intimidar! ¡No permitamos que pongan la mordaza de la tolerancia a quienes quieren proclamar la Verdad! Le pedimos a la Santísima Virgen que nuestra lengua pueda proclamar con valentía el Reino de Dios y Su Justicia. Que se renueve el milagro de Lapa cuando María Santísima devolvió la palabra a la pequeña Joana que había nacido muda. Que Ella nos devuelva la voz también a nosotros, Sus hijos, que han permanecido en silencio durante demasiado tiempo.

Nuestra Señora de Fátima, Reina de las Victorias, Ora pro nobis.
Publicado por Marco Tosatti en Stilum Curiae.

10 comentarios:

  1. No se puede decir más claro. Un beso

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    1. No sólo claro, además sabe muy bien de qué habla. Saludos cordiales.

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  2. Parte del Misterio de Fátima consiste en estos acontecimientos que cita el escondido obispo perseguido por Caín. Tardaron 13 años en reconocer la aparición mariana después de bailar el Sol y de innumerables milagros (reconocida el 13 octubre de 1930).Pero viendo los acontecimientos que hemos vivido hace poco. Los que más leían las escrituras NO VIERON la venida ni delante del mismo Mesías al que se referían todas las profecías... hasta la Cruz donde todo se había cumplido.¿Quiénes le creyeron? La tierra en la que prende la fe es realmente pobre, queda así claro que es Regalo y Obra de Dios. Lucía, en la Gloria desde hace 15 años, tuvo una Misión y esta luz prendió en los pequeños, reparar. Dios está muy ofendido. Vivir los mensajes, ese era el lamento: oración del Santo Rosario. Ayunos y sacrificios por la conversión propia y de los pobre pecadores, que nadie reza ni se sacrifica por ellos.Ya lo sabemos pero ¿hay algo más? sí y lo dijo también en Garabandal donde el amable miserable del Val y el no menos amable Morales se encargaron de amordazar a la Virgen, descaradamente. No hace mucho faltó poco para negar la Corredención de María, pero claro, hay que borrar a Simeón y la presencia al pie de la Cruz de la Madre. Y no hay nada como la tinta absurda del mestizaje para la tiniebla y confusión de los más sesudos, que desde luego, no rezan el infantil rosario para poco doctos e ignorantes. En Akita también habló la Virgen y su estatua lloró en manos del obispo que desde luego aprobó la aparición y fue completamente silenciado en el resto de la jerarquía, especialmente la vaticana. ¿Quién sabe algo de lo que pasó en Akita? y qué decir de la actuación luciferina de Bertone en Civitavecchia, amable Tarcisio. Estamos en esa prueba y creo que la llevamos suspensa, la Luz que iluminará nuestras conciencias será el gran Aviso que a todos nos mueva al amor a la Verdad clavada en el madero santo del que colgó como un maldito por nuestras miserias y sobre la roca, la Santa Iglesia brillará con la gloria de su Señor después de este terrible Calvario.Las palabritas finales son el mensaje, con ocasión de un milagro mariano en Portugal, diócesis de Lamego, que los jesuitas, grandes defensores de la Virgen, extendieron el amor a la Virgen hasta llegar al Brasil: En el milagro de Lapa aparece la figura de Almanzor, la invasión de los moros, el islam...persiguiendo la Fe en las monjas que huían del terror musulman, la imagen milagrosa de la Virgen de Lapa, la Virgen, garante de la Fe en Portugal cuando quisieron echarla

    Tá! Minha mãe! É Nossa Senhora da Lapa! Ai que fez?!"¡No, madre mía! ¡Es Nuestra Señora! ¿Qué hiciste?"
    En la página del santuario,
    http://www.santuariodalapa.pt/ se omite el origen ocultando la persecución musulmana, todo muy religiosamente correcto...pero todo portugal sabe la Verdad, que es la clave de cuanto dice Viganó, sabemos que es verdadero.

    abrazos fraternos.

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    1. Muchos de los que dirigen la Barca de Pedro desde hace unas cuantas décadas han perdido la Fe. Cuando leía la entrevista recordaba la monumental "Windswept House", de Malachi Martin, 1996. Si no la has leído, te la recomiendo. La que nos espera es de traca, así que fortalezcamos nuestra confianza y nuestra Fe; nuestras oraciones para que nos pille con los papeles en regla.
      Abrazos fraternos.

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  3. Y yo que pensaba que el Concilio Vaticano II fue un avance de la Iglesaia para beneficio de todos. En mi ignorancia pienso ( igual es un disparate) que igual convenía otro Concilio.Sea lo que sea o lo que pueda pasar yo me mantendré firme en mi fe en Jesucristo y en sus enseñanzas.Saludos

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    1. Pienso igual respecto a lo que dices de otro concilio, Charo, así que también arriesgo cometer yo el disparate :) Ese es el salvoconducto del cristiano, la Fe en Jesucristo y en nuestra Madre del Cielo; la Fe en la Santísima Trinidad. Afianzados en esa roca, el resto es humo que pasa. Saludos cordiales.

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  4. Lo leí hoy en otro medio católico, y, sinceramente, hay cosas que veo claras, otras que no me parecen adecuadas, en lo que dice este hombre, de forma que ahí lo dejo, sin enjuiciarlo. En ocasiones hay que dejar que pase el tiempo, para que cada uno se acabe retratando a sí mismo en su genuina realidad.
    Hasta entonces, sigamos orando y amando al Señor y a todos, como nos sea posible, apoyados en su gracia, que a nadie falta.
    Abrazos fraternos

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    1. Parece que me levanté esta mañana un poco peronista porque, como a Charo, también estoy de acuerdo contigo, Neila. Sí, Viganó estuvo presente, en el sistema del que emergieron ríos de lodo maloliente de los sótanos de la estructura temporal de la Iglesia. Parece que con la llegada de Francisco la suerte de este arzobiso cambió a peor y ahí pueden sospecharse muchas cosas, somos humanos y una de las marcas de la Caída fue el orgullo y la soberbia. Como católico de a pie y simple seglar sólo conozco la información que me llega de segunda, tercera y cuarta mano, como a todos nosotros, por eso tampoco puedo ni debo enjuiciar ni a este hombre ni al Papa. Sea como sea, y desde la ignoracia y las limitaciones de un simple seglar, algo hay en esta entrevista que me parece real, muy real. Creo que la mayor parte de nosotros estamos de acuerdo en eso.
      Abrazos fraternos en Nuestro Señor Jesucristo.

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  5. El buen y fiel obispo Viganó era nuncio en Nigeria muchísimos años, lo llamaron nombrándolo secretario general del Gobernador del Estado Vaticano por BXVI, en tal confianza y por sus conocimientos jurídicos, doctor utroque iure canónico y civil por la pontificia universidad gregoriana, ideal y perfecto para ir al frente de batalla en EEUU con toda la m. dçpederasta, especialmente porque el depredador McCarrick estaba en la cumbre del episcopado gringo. Consigue desactivar a todos esos desgraciados, Bencito XVI impone sanciones al depredador y en medio de la batalla como nuncio en EEUU abdica el Papa o lo abdican, no entro, y el nuevo Papa encubre al monstruo, lo promociona incluso es el CEO del indigno pacto con China entregando la Verdadera Iglesia a la comunista patriótica, "católicos" comunistas, a ver cómo se hace, no entro, y a él no lo nombra cardenal y el Papa lo arrincona y le paga con la traición teniendo al depredador de seminaristas y niños en el Vaticano restituido, encubierto por Bergoglio Cuando descubre el asunto el fiel obispo no obtiene respuesta por parte del argentino, quien, como de costumbre, hace ladrar a sus perros hablando de una herencia millonaria..., cuando la dubia el masón Vito Pinto arremetió contra los 4 amenazándolos y respondieron los cuatro cardenales fieles destapando el lobby gay del que F es Madame y cabeza...Pagloa, Madariaga, Coccopalmerio et aliae. La virtud frente al vicio de un silencio cómplice, porque es muy grave lo que está ocurriendo desde que la masonería se infiltró. El último Concilio es Santo y los documentos firmados por Pablo VI lo son también y virtuosos. El 'espíritu del concilio' es el tenebroso. Pero lo firmado por Pedro es roca firme cimiento. No se puede dejar en la bruma este asunto, por caridad entre nosotros, fue avance y beneficio porque vino del Espíritu Santo todos los textos con rúbrica y sello pontificios.A la letra y no a la interpretación satánica de tantos. Abrazos fraternos.

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    1. La Paz contigo. Agradezco enormemente tu aportación, Kim, hay cosas en tu escrito que desconocía. ¡Gracias!

      Quede claro que al copiar la entrevista en mi página dejo claro que me parece lo suficientemente trascendente como para compartirla, también que suscribo el espíritu de lo que dice Monseñor Viganó (los detalles, aunque como es natural no los conozca de primera mano, me parecen lógicos, convincentes y sobre todo muy acordes con los hechos que estamos viendo del actual pontificado porteño). En pocas palabras: me creo lo que afirma Viganó porque me creo lo que veo, leo y escucho sobe los actos, documentos, firmas y actitudes que vienen de la Santa Sede; sobre con quienes está compadreando el papa actual, con quienes establece alianzas y a quienes arrincona o "misericordia" con la diligencia propia de una persona que vino a lo que vino y que fue elegido con los ardides de quienes fue elegido (Nota: San Galo). Algo que he leído en la entrevista al Monseñor coincide plenamente con lo que sé de la masonería y su infiltración en la cúspide de la Iglesia, es decir, cuando Viganó dice que se pretende la construcción del brazo "espiritual" del N.O.M, lo clava, al menos coincide con lo que sé (que es muy poco). Mención especial al amordazamiento de Nuestra Madre del Cielo, pues es necesario que la gente sepa que la sinagoga de Satanás y sus conciliábulos odian especialmente a La que pisó y pisa la cabeza de su Jefe, y eso cuadra perfectamente con la actitud del papa al respecto del rol de Corredentora de la humanidad de nuestra Madre la Santísima Virgen María. Luego Francisco matiza, gira, dice y desdice (peronismo de manual), pero cuando le sale de natural en algunas de sus alocuciones públicas lo deja bien clarito. Ignoro si finalmente se atreverá Francisco a dar la puntilla que sus electores masonazos pretenden, no lo sé y no lo sabemos, pero caso de no hacerlo espera al próximo, si Dios-Espíritu Santo no lo remedia. Francisco, hay que tenerlo muy claro, es posible por el CVII; es su consecuencia lógica.

      Finalmente, abres un tema muy interesante, mucho: el del CVII. Esto daría para mucho, seguro, y a lo mejor tocaríamos puntos que, personalmente, me son muy incómodos, me refiero al papel de nuestro amado Juan Pablo II en dicho Concilio o en sus inequívocas concesiones al ecumenismo no sé si bien entendido (como dice Viganó). Pero me cuesta un mundo poner cosas sobre el pntificado de San Juan Pablo II en esta web, sobre todo porque Juan Pablo II era un ferviente devoto de María Santísima, y para mi es más que suficiente.

      Hay intervenciones de Juan Pablo II sobre el CVII que seguro conoces, pero dejo aquí un enlace (aunque sobre este delicado punto hay muchos más) por si algún lector lo lee y quiere prrofundizar en ello:

      https://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/2000/jan-mar/documents/hf_jp-ii_spe_20000227_vatican-council-ii.html

      Abazos fratenos y agradecidos.

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