domingo, 27 de noviembre de 2022

Adviento, tiempo de esperanza

Son las Antífonas Mayores de Adviento, también conocidas como Antífonas de la O pues es así como empiezan. Estas Antífonas son utilizadas habitualmente en la oración de «Vísperas» (forman parte del Magnificat) de los últimos días del Adviento.

El período de tiempo en el cual se recitan es desde el 17 de diciembre hasta el 23 de diciembre.


I. Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,

abarcando del uno al otro confín,

y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:

ven y muéstranos el camino de la salvación.


II. Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,

que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente

y en el Sinaí le diste tu ley:

ven a librarnos con el poder de tu brazo.


III. Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;

ante quien los reyes enmudecen,

y cuyo auxilio imploran las naciones:

ven a librarnos, no tardes más.


IV. Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;

que abres y nadie puede cerrar;

cierras y nadie puede abrir:

ven y libra a los cautivos

que viven en tinieblas y en sombra de muerte.


V. Oh Sol que naces de lo alto,

Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:

ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.


VI. Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,

Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:

ven y salva al hombre,

que formaste del barro de la tierra.


VII. Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,

esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:

ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.


Post Data: Empieza el Adviento que es, no lo olvidemos, tiempo de preparación para la Venida del Redentor. Esta Venida, siendo una, es dual pues se funde en ella el Nacimiento de Jesucristo, que fue concebido por Obra y Gracia Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen, con Su segunda Venida en los tiempos finales de este mundo que pasa. Es, pues, un tiempo de espera y esperanza para los cristianos, y con ese espíritu amanece el nuevo año litúrgico dando contenido esencial a las cuatro semanas que nos restan para la Navidad. El Adviento nos invita a estar atentos, a permanecer en vela; nos exhorta a dejar entrar a Nuestro Señor en nuestro corazón, a nacer y señorear en él. El Adviento nos lleva camino a Belén en medio de un mundo enloquecido y ciego que se queda adorando el solsticio, dando portazo al Niño Dios. ¡Vayamos a Belén! ¡Caminemos con alegría y esperanza pues nos va a nacer el Salvador, Jesucristo! Laus Deo.

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