domingo, 18 de agosto de 2019

La Palabra Del Domingo.

Lc 12, 49-53

“Dijo Jesús a sus discípulos: ‘He venido al mundo a prender fuego a la tierra; ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Desde ahora estarán cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra”

Comentario: Como católicos, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para vivir y defender nuestra Fe? Cuando las cosas vayan poniéndose color marrón oscuro para los católicos, que lo harán, ¿a qué estamos dispuestos a renunciar para vivir con plenitud el Evangelio? Cuando el nuevo catecismo civil, estatal, obligue a profesores y padres a comulgar con la ideología masónica que va imponiéndose con mano de hierro en los cimientos de la sociedad e infiltrando su veneno por las raíces de la misma, ¿cuál será nuestra actitud y nuestra respuesta? ¿callar y mirar hacia otro lado? ¿confundirnos entre la multitud y pensar que basta con vivir la Fe en privado y no dar testimonio público de ella? Cristo es signo e contradicción. Él necesariamente trae la división a este mundo: donde hay odio, Él pone amor; donde hay mentira, Él pone verdad; donde hay ofensa, Él pone perdón. Por lo tanto hablamos de una bendita división, pero es una división contra el mundo secularizado, contra un mundo relativista, contra un mundo nihilista; es una confrontación contra un poder que es reflejo del príncipe de este mundo, un poder que ha echado raíces muy profundas en las estructuras de gobierno de las sociedades en las que vivimos.
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Jesucristo nos habla en la Palabra de este domingo de traer fuego y discordia; de traer espada y no paz. De traer intranquilidad y no comodidad. Basta mirar hacia aquellas primeras comunidades cristianas de antes del siglo IV para entender cabalmente el pasaje del evangélico de Lucas. Cierto es que los tiempos han cambiado y los modos son otros, no creo que a estas alturas del siglo XXI puedan replicarse persecuciones a fuego, sangre y muerte como la llevada a cabo por la II República española contra los católicos, pero existen métodos de coerción muy eficaces, como por ejemplo las multas y las sanciones a las familias que se nieguen a pasar por el aro de la ideología dominante, marco mental que va imponiéndose en todos los niveles de la sociedad de manera cada vez más asfixiante. ¿Esconderemos entonces nuestra Fe o daremos la batalla? ¿Seremos agua tibia y por lo tanto vomitados de Su boca o seremos justo lo contrario? Encendamos nuestras velas con la luz de Jesús y que ilumine la creciente oscuridad de este mundo que pasa, y como dijo San Juan Pablo II, ¡no tengamos miedo!

4 comentarios:

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    1. Pido al Señor que nos conceda la Gracia cuando la necesitemos. Cordial saludo.

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  2. Da escalofríos pensar en todo lo que se nos viene encima pero estoy segura de que Cristo nos dará esa fuerza para salir adelante y no decaer en nuestra fe y menos todavía ocultarla.Saludos cordiales

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    1. No me gusta ser agorero, de hecho un cristiano debe ser optimista porque Jesucristo ya venció por nosotros. A pesar de que la alegría en el centro de nuestro ser debe estar presente, los acontecimientos socio-políticos, si los leemos atentamente, son muy inquietantes, y lo son en todo occidente, no sólo en España. Como le decía a Susana, hay que pedir a Dios y a la Virgen, con fuerza y confianza, para que nos conceda la Gracia que ha de permitirnos transitar los tiempos que están por venir. Me uno a tu seguridad en Cristo Nuestro Señor. Cordial saludo.

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