Unicornios en las tapias del 68 francés (1)

Estas fueron algunas de las frases que se hicieron icónicas en la revuelta del 68. Muchas de ellas aparecieron en pintadas y fueron fotografiadas por los reporteros que cubrieron aquel evento y a aquellos jóvenes cuyos líderes se definían abiertamente como maoístas:

"Dejar todo el poder a la imaginación" (Consecuencia: una sociedad vuelta de espaldas a la realidad y echada al monte de sus más calenturientas imaginaciones. Con el advenimiento de internet, creación de mundos paralelos frente a los cuales la realidad cotidiana es gris e insufrible. Frustración)
"Seamos realistas, pidamos lo imposible" (Consecuencia: como lo imposible es por definición no posible, sólo se puede acceder a ello mediante lo imaginado, que no es real. Al intentar convertirlo en real se suceden toda clase de aberraciones e insensateces. Harripotterismo ilustrado)
"Cuanto más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución" (Consecuencia: acabó triunfando la revolución de las tripas y los bajos instintos. La revolución sexual trajo consigo enormes rebaños de genitales andantes y un nivel de tontería y depravación que transformó a muchos adultos en caricaturas ambulantes de la dignidad humana)
"Asaltar los cielos" (Que se ubicaba en el bajo vientre, en los 'sentires', en los 'deseos', en la aversión por las responsabilidades de la vida, en la urticaria hacia el compromiso y en el odio visceral hacia la objetividad de la naturaleza y su ley natural. Otra frase que se acuñó en la Sorbona que remacha este punto: "Tomen sus deseos por realidad")
"Queremos todo y lo queremos ahora" (Consecuencia: infantilismo incluso en la adultez. Que trabaje papi)
"Hay que joder el poder establecido" (Consecuencia: el poder los 'jodió' a ellos y no se dieron cuenta, los que sí se apercibieron y pudieron formaron parte del poder, de la casta, de las élites)
"Bajo los adoquines, la playa" (Ni se encontró la playa bajo los adoquines ni unicornios rosa sobrevolando la escena. La playa la encontraron, los que pudieron permitírselo, en los desenfrenos y comunas hippies de Ibiza o similares. Cuando retornaban a casa, hartos de todo, seguía pagando papi. La playa bajo los adoquines estaba vacía y ese vacío venenoso se inoculó en las directrices de la sociedad que nació del mayo del 68)