Papa San Juan Pablo II, 1 de mayo de 1991.
"La cultura y la praxis del totalitarismo comportan además la negación de
la Iglesia. El Estado, o bien el partido, que cree poder realizar en la
historia el bien absoluto y se erige por encima de todos los valores,
no puede tolerar que se sostenga un criterio objetivo del bien y del mal, por
encima de la voluntad de los gobernantes y que, en determinadas
circunstancias, puede servir para juzgar su comportamiento. Esto explica
por qué el totalitarismo trata de destruir la Iglesia o, al menos,
someterla, convirtiéndola en instrumento del propio aparato ideológico."
"Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y
sobre la base de una recta concepción de la persona humana. Requiere que
se den las condiciones necesarias para la promoción de las personas
concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos
ideales, así como de la «subjetividad» de la sociedad mediante la
creación de estructuras de participación y de corresponsabilidad. Hoy se
tiende a afirmar que el agnosticismo y el relativismo escéptico son la
filosofía y la actitud fundamental correspondientes a las formas
políticas democráticas, y que cuantos están convencidos de conocer la
verdad y se adhieren a ella con firmeza no son fiables desde el punto de
vista democrático, al no aceptar que la verdad sea determinada por la
mayoría o que sea variable según los diversos equilibrios políticos. A
este propósito, hay que observar que, si no existe una verdad última, la
cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las
convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines
de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un
totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia."
Gran discurso de un gran Papa. Un beso
ResponderEliminarDemoledor. Saludos cordiales.
EliminarQue razón tenía nuestro querido San Juan Pablo al escribir esto pero que poco caso está haciendo nuestra sociedad pues va en aumento la pérdida de valores y este mundo ya es un caos por esa causa...a los católicos nos toca perseverar a pesar de las críticas y persecuciones y ser ejemplo del bien hacer.Saludos
ResponderEliminarLas persecuciones, de momento no cruentas en nuestro empachado mundo occidental, no han hecho más que empezar. Todo va convergiendo matemáticamente hacia el punto escrito por los profetas, a pesar de nuestras ganas de interpretar lo contrario y desear que vendrán tiempos mejores, no creo tal cosa. Sí hay que perseverar y estar afianzados en la roca de la Fe en Nuestro Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Saludos fraternos.
EliminarNo quieren nada auténtico, son hijos de la Mentira. Vivimos un invento masónico llamado democracia que destruye a las naciones y al hombre, al que niegan su verdadera naturaleza. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarNo creo en la democracia y menos en la democracia liberal. Como dices, es un invento masónico cuyo objeto último es sumir al Hombre en ese nihilismo relativista que es fundamental a satanás para que su principado en el mundo sea efectivo. Abrazos fraternos.
EliminarAsí es, muy bien expresado. Gracias
EliminarAbrazos fraternos.
Y aún así, tal día como mañana debemos ir a votar, tal es la contradicción del católico; aquel que tiene por patria la celestial pero vive en una patria física y su trama vital, así como la de su familia, depende de los individuos que sean elegidos por semejante sistema. Si te fijas, no hay ningún partido que nos represente; ni siquiera Vox lo hace (dista mucho de hacerlo, de hecho), así que también nosotros optamos, de alguna forma, por el mal menor. Como mínimo es una acción, la nuestra, digna de ser confesada. Que Dios Nuestro Señor nos asista, lo necesitamos. Abrazos fraternos.
Eliminartriste pero ves que.....Ya no nos representa ni el Papa.
EliminarAbrazos fraternos.
Cristo nos representa, sólo Cristo. Frente a los hombres, nuestra libertad anclada en Cristo. Abrazos fraternos.
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