Por Benedicto XVI
Queridos hermanos:
Para la Iglesia creyente y orante, los Magos de Oriente que, bajo la guía de la estrella, encontraron el camino hacia el pesebre de Belén, son el comienzo de una gran procesión que recorre la historia. Por eso, la liturgia lee el evangelio que habla del camino de los Magos junto con las espléndidas visiones proféticas de Isaías 60 y del Salmo 72, que ilustran con imágenes audaces la peregrinación de los pueblos hacia Jerusalén. Al igual que los pastores que, como primeros huéspedes del Niño recién nacido que yace en el pesebre, son la personificación de los pobres de Israel y, en general, de las almas humildes que viven interiormente muy cerca de Jesús, así también los hombres que vienen de Oriente personifican al mundo de los pueblos, la Iglesia de los gentiles -los hombres que a través de los siglos se dirigen al Niño de Belén, honran en él al Hijo de Dios y se postran ante él. La Iglesia llama a esta fiesta «Epifanía», la aparición del Divino. Si nos fijamos en el hecho de que, desde aquel comienzo, hombres de toda proveniencia, de todos los continentes, de todas las culturas y modos de pensar y de vivir, se han puesto y se ponen en camino hacia Cristo, podemos decir verdaderamente que esta peregrinación y este encuentro con Dios en la figura del Niño es una Epifanía de la bondad de Dios y de su amor por los hombres (cf. Tt 3,4).
Los Magos siguieron la estrella, y así llegaron hasta Jesús, a la gran luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (cf. Jn 1,9). Como peregrinos de la fe, los Magos mismos se han convertido en estrellas que brillan en el cielo de la historia y nos muestran el camino. Los santos son las verdaderas constelaciones de Dios, que iluminan las noches de este mundo y nos guían. San Pablo, en la carta a los Filipenses, dijo a sus fieles que deben brillar como lumbreras del mundo (cf. 2,15).
Muy bonito. Un beso
ResponderEliminarToda belleza es poca para celebrar la Epifanía del Señor. Saludos cordiales.
EliminarFeliz y Santa Epifanía.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Felicidades también, Marián, todavía en tiempo de Navidad. Saludos cordiales.
EliminarCómo dice San Pablo a los filipenses que debemos de brillar cómo lumbreras me atrevo a añadir que seamos cómo la estrella de los Reyes Magos para indicar e iluminar el camino que lleve a Dios a todo aquel que no lo conoce.Saludos
ResponderEliminarHago mías tus sabias palabras, Charo. Los Magos de Oriente arrodillaron su sapiencia humana ante Dios hecho hombre, y también pusieron de rodillas sus religiones ante la Verdad de Dios en el pesebre. Saludos cordiales.
EliminarLas que brillan en el mundo y son radioactivas, gravitatorias, atrayentes como astros son las monjas contemplativas como las Carmelitas. Hemos de imitar al Señor y Maestro,pero como recuerda la Mirra...sólo es posible si somos elevados en nuestra Cruz. Abrazos fraternos.
ResponderEliminar¡Amén, Kim! Mi esposa, hijos y yo mismo pertenecemos a la familia carmelita y portamos con devoción el sacramental escapulario. Abrazos fraternos.
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