(Mateo 26, 26- 28) 26. Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» 27. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed todos de ella, 28. porque ésta es mi sangre, sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.»
Que gran regalo nos dejó Jesús para recordarle.Hoy un sacerdote de mi pueblo nos ha traído la comunión a casa.Saludos
ResponderEliminarYo digo por todos los hombres. Un beso
ResponderEliminar..."Bebed TODOS de ella", ojalá volvamos a comulgar bajo las dos sagradas especies. Tener Sed de y con Dios.Abrazos fraternos
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