Hoy es el día de los Santos Inocentes, ya saben, toca bromear, decir o contar alguna situación hilarante carente de cualquier conexión con la realidad para que propios y extraños lancen alguna carcajada o se lleven un buen susto, que también es posible. Nunca me ha gustado esa costumbre. Bien mirado, desde unas cuantas décadas a esta parte el mundo vive en una inocentada diaria y permanente en la cual la realidad se ha difuminado hasta hacerse incómoda, y la apelación a los hechos tal cual son según su propia naturaleza se ha convertido en una actividad propia de sujetos retrógrados, reaccionarios y fascistas.
Hace unos 2000 años, año arriba año abajo, Herodes I el Grande mandó asesinar a todos los niños de Belén y su comarca menores de 2 años al haber sido burlado por los Magos de Oriente, los cuales no regresaron a su palacio para delatar la ubicación del Niño-Dios que había nacido en un pobre pesebre y al que las profecías identificaban como el Mesías, el Rey de los judíos. Por supuesto las profecías no hablaban de un rey con los atributos mundanos de poder y gobierno que entendía Herodes, este entendía otra cosa y por ese motivo quiso matar al Niño; por ese motivo quiso matar a Jesús: como no pudo dar con el pesebre mandó asesinar a todos los recién nacidos con un margen de 2 años para no errar el tiro. Este luctuoso acontecimiento se conmemora hoy, día 28 de diciembre.
Lo que nunca imaginó Herodes es que 2000 años más tarde la autoridad competente, global, legislaría en favor de dar carta de naturaleza a un extraño y abominable fenómeno: constituir en derecho de las mujeres y por lo tanto en derecho humano la potestad para matar a los niños que se acunan en el pesebre del claustro materno si la madre lo estima oportuno y conveniente. La maldad de Herodes se ha revestido, en nuestros días, de buenas y tramposas palabras que hacen alusión a conceptos tales como la libertad de decidir y a un derecho, que por aberrante que pueda parecer a toda persona cuerda, sensata y normal, se le llama (y no bromeo) derecho humano. Los inocentes e indefensos siguen muriendo, destrozados, triturados y aspirados en el pesebre del vientre materno. Pero las masas miran hacia otro lado y tal día como hoy, bromean, guasean y se hacen trampas al solitario. Sin embargo, hoy los católicos conmemoramos el día de los Santos Inocentes.
¡Cuánta razón tienes, hermano! Resulta dolorosísimo lo que hoy se conmemora, y lo que hoy se realiza en el "sancta sanctorum" de la vida humana, el seno de las mujeres, que de ser el lugar designado por Dios para la comunicación de la vida, lo han convertido en el matadero de inocentes, que nisiquiera se les oye gritar de dolor y espanto, de lo pequeños y débiles que son...
ResponderEliminarGracias y bendiciones para ti y los tuyos
Así es, hermana, dicen esas secuaces de Satanás llamadas feministas de no sé qué ola que saquemos los rosarios de sus ovarios... será porque han preferido las hoces y los martillos en tan sagrado recinto de la vida. Lo han convertido en un matadero como bien dices. El Mal en estado puro. Gracias a ti y bendiciones también para ti y los tuyos.
EliminarGracias por recordarnos lo importante. Un beso
ResponderEliminarNo son tiempos para andar edulcorando tan gravísimas cuestiones. Saludos cordiales.
EliminarCuanta verdasd dices. Es horroroso que puedan reclamar el derecho a matar a seres inocentyes y que lo vean muy normal. El mundo está loco.
ResponderEliminarEn el blog de josefa hay una entrada nueva.
Besos navideños.
Gracias, Josefa. Encuentro muy atinada tu reflexión, que comparto. Saludos cordiales.
EliminarSigue existiendo demasiados Herodes que al igual que él se creen con el derecho a matar a los más inocentes...estas matanzas son de una gran crueldad y encima son legales ¿cómo es posible que se legalice el asesinato en pleno siglo XXI? Es algo que además de considerarlo horrible no entiendo. Los seres humanos se están deshumanizando para convertirse en irrecionales.Recuerdo que en mi infancia hacíamos muñecos de papel con periódicos para colocarlos en la espalda a la gente, años felices donde todavía la vida tenía un valor sagrado y cómo tal se respetaba. Imposible imaginar en esa época que la matanza de niños se iba a convertir en algo normal,legal y cotidiano.Saludos cordiales.
ResponderEliminarHerodes mató a los inocentes porque podía hacerlo, era el rey; un rey embebido por la maldad y la soberbia, pero rey de aquellas tierras y de aquellas leyes. El paralelismo con la matanza de los inocentes de hoy día es terrorífico: esos legisladores y todos los movimientos feministas que aplauden y jalean esa atrocidad han llegado a la clonclusión (hábilmente dirigida) de que la mujer es la reina del hijo que crece en sus entrañas, por lo tanto es la dueña absoluta de su vida. El mundo progresa hacia el abismo, y no es pesimismo en absoluto: es realismo descarnado y tener los ojos abiertos. Saludos cordiales.
EliminarCierto. Me gusta el giro en la defensa de la vida precisamente de estos indefensos cuya sangre Clama al Cielo y genera Guerra en la Tierra. Tampoco comparto esas bromas, y días vendrán en los que diré lo mismo de la mentira de los Reyes Magos regaladores en casa. La Fe, la Escritura y el empleo de los medios deben ser siempre explicados, utilizados y arraigados por caminos de vida y verdaderos. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarLa sangre de los inocentes clama al cielo y del cielo obtendrá su justísima respuesta. Hemos de dar la batalla mientras no nos corten los medios, que lo harán. Mantengamos la paz que nos da el ser Hijos de Dios, a sabiendas de que los tiempos están muy avanzados, hermano 김. Abrazos fraternos.
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