sábado, 10 de octubre de 2020

Tutti quanti, ¡tutti!... Piove sul bagnato.

La última Encíclica del papa Francisco, Fratelli tutti, me ha causado esa sensación que uno tiene cuando se acerca la noche y escucha aullidos cada vez más cerca, amén de un intenso ardor de estómago causado, sin duda, al tratar de digerir semejante potaje. Por supuesto, el potaje mundialista ha gozado de los aplausos de la masonería española e internacional, amén de los parabienes sociata-bolivarianos y el de sus altavoces mediáticos que padecemos. Desazón, en fin, porque la Encíclica no deja de ser la voz de Pedro el romano, vicario de Cristo, que llega a nosotros de esta guisa en los albores del tercer milenio. Pesadumbre, también, porque los laicos comprometidos y consecuentes con nuestra Fe no debemos olvidar nunca que es Palabra de Dios el aviso de los falsos profetas y embaucadores que han de aparecer en las postrimerías de los tiempos.

Pero miren, es llamativo que tutti quanti me haya recordado -perdón- ciertas partes de la magnífica obra novelada El último Papa, de Malachi Martin, Por ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivo, les dejo aquí un pequeño fragmento de la misma. En él, Leo, obispo norteamericano consagrado a Lucifer, anda sumido en los preparativos que supondrán la entronización del arcángel caído en la ciudadela romana el día de la solemnidad de San Pedro y San Pablo de 1963:

"(...) No fue necesario, por ejemplo, evaluar la apreciación de los principios sobre los que se estructuraba toda adoración al arcángel Príncipe de este mundo. Ni dudar de su deseo de aplicar a aquella batalla la estrategia definitiva, destinada a acabar con la iglesia católica romana como institución pontificia desde su fundación 2000 años atrás por el 'débil innominado'.

No era siquiera necesario explicar que el último objetivo no era el de aniquilar la organización católica romana. Leo comprendía lo poco inteligente y la pérdida de tiempo que eso supondría. Era decididamente preferible convertir dicha organización en algo verdaderamente útil para los designios del Príncipe, esto es, homogeneizarla y asimilarla a una gran orden mundial de asuntos humanos; limitarla a objetivos única y exclusivamente humanistas." (fragmento de la página 17 de El último Papa, Malachi Martin 1996, editado por Homo legens).

Y mira que me había propuesto no decir ni mu sobre este asunto...

8 comentarios:

  1. No he leído la Encíclica así que no puedo opinar.Me la ha enviado un amigo sacerdote poe whatsapp pero después de lo que dices dudo en leerla o no.Saludos

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    1. Léela, Charo, pues hay que conocer de primera mano los documentos antes de elaborarse un juicio sobre ellos. Saludos cordiales :)

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  2. Y ni una palabra de religión. Un beso

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    1. Bueno, quizá muchas que apuntan a esa religión global humanista tan del deseo de los masones. Es curioso, el mismo Papa Francisco aconsejaba vivaamente la lectura de "El señor del mundo" de R.H.Benson:

      https://www.religionenlcomibertad./vaticano/32305/contra-el-progresismo-adolescente-y-el-pensamiento-unico-el-papa-recomienda.html

      Saludos cordiales.

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  3. Preocupa que esos lobos estén tan contentos con el "Pedro el romano" que indicas con verdadero tino. Todo va llegando, los obispos consagrados a Lucifer, oyendo lo que oímos mientras sufrimos este ataque chino, deben ser legión, vienen tiempos más recios. Abrazos fraternos.

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    1. Hablando con mi director espiritual es frecuente que me pare los pies cuando le divago, o cuando le hago partícipe de mis inquietudes sobre la evidencia de los signos de los tiempos. Pero en fin, que son evidentes y están claros para quien tiene ojos y quiere ver. Abrazos fraternos.

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  4. Son muy evidentes, en especial por la apostasía generalizada en el mundo entero, tras las dos guerras mundiales, y es que la sangre derramada y el afán de bonanza nos han convertido en sociedades de la vida muelle, adoradores del placer y negadores de la malicia del pecado. Porque hoy no hay nadie malo. Todo son supuestas enfermedades que nos condicionan y disculpan nuestras pederastias, robos, fornicaciones, matanzas y demás lindezas...Cuando el hombre se aparta de Jesucristo se convierte en un lobo devorador que vive de bajas pasiones y se encharca en el odio.
    Todo eso nos trae la suavidad aparente de una doctrina que encandila a muchos, porque les oculta su pecado, para hacerlos pasar por santos. Son los santos que el mundo quiere, esos que aplauden toda desviación sexual, esos que por el sexo se tragan la muerte más espantosa de los bebés aún no nacidos...
    La muerte, en definitiva, vestida de abuelito bondadoso y humilde, que todo lo tolera, salvo la rectitud de conciencia, el amor a la Verdad y la Ley de Dios.
    Uffff... me he explayado. Perdona
    Abrazos fraternos

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  5. Muy bueno, Neila. El relativismo buenista (ese abuelito bondadoso del que se disfraza en non serviam) ha calado hasta el tuétano en esta sociedad que, como tú dices, se ha dejado embaucar por el padre de la mentira. Culmen de todo ello es la nueva santidad que vende el mundo, nueva santidad para un nuevo orden que creen que acabará por triunfar. Ahora bien, la victoria es del Cordero.

    Abrazos fraternos

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